Bajo la misma estrella resumen y personajes

Bajo la misma estrella, publicada en el año 2012 por el autor estadounidense John Green, es una novela que alcanzó un gran éxito de ventas y se convirtió en una obra central de la literatura juvenil.

La obra se establece dentro de los géneros de Romance Juvenil y Drama, ofreciendo un estudio conmovedor y honesto de la experiencia adolescente frente a la enfermedad.

El autor aborda temas profundos como la amistad, el miedo a ser olvidado y el hallazgo de significado en la brevedad de la existencia, utilizando un diálogo ingenioso y filosófico que eleva el drama por encima del melodrama.

La premisa central se inicia con la figura de Hazel Grace Lancaster, una joven de 16 años con cáncer de tiroides que se ha extendido a sus pulmones y que, por obligación de sus padres, asiste a un grupo de apoyo.

Su vida toma un giro inesperado al conocer a Augustus «Gus» Waters, un superviviente de cáncer con una pierna amputada, carismático y obsesionado con dejar una marca memorable en el mundo.

Su conexión es inmediata y dolorosamente auténtica. La narrativa de la historia es el desarrollo de este romance atípico, cuyo clímax los lleva a una travesía a Ámsterdam con la esperanza de descifrar el final de Un Dolor Imperial, la enigmática novela favorita de Hazel.

La historia se estructura a través de la perspectiva narrativa de Hazel, quien nos guía con una voz reflexiva y a la vez irónica, mientras navega la fragilidad de su propia vida y el destino incierto de su amor.

A continuación, se presenta un resumen detallado de la obra: «Bajo la misma estrella» (dividido por capítulos), y una lista con los personajes principales y secundarios.

Personajes de la historia:

>Hazel Grace Lancaster: Es la protagonista y narradora de la historia. Tiene dieciséis años y padece cáncer de tiroides que se ha extendido a los pulmones, por lo que depende de un tanque de oxígeno para respirar. A pesar de su enfermedad, es una joven inteligente, irónica y reflexiva, con una visión muy lúcida sobre la vida y la muerte. Su gran pasión es la lectura, especialmente el libro Un dolor imperial, que la lleva a buscar respuestas sobre su autor. A lo largo de la novela, Hazel pasa de vivir centrada en su enfermedad y en la idea de no causar dolor a los demás, a abrirse emocionalmente y permitir que el amor entre en su vida a través de Augustus Waters, encontrando así una forma de esperanza y plenitud incluso dentro de su situación.

>Augustus Waters: Es el coprotagonista de la historia. Tiene diecisiete años y es un sobreviviente de osteosarcoma, un tipo de cáncer que le hizo perder una pierna. A diferencia de Hazel, no depende de aparatos médicos, y al inicio se muestra seguro, carismático y con un sentido del humor particular. Augustus tiene miedo de ser olvidado y busca que su vida tenga un significado más allá de su enfermedad. Su relación con Hazel le permite comprender que la trascendencia no depende de grandes gestos, sino de las personas a las que uno toca con su vida. Aunque parece ser el más fuerte, su salud empeora hacia el final, convirtiéndose en el reflejo de la fragilidad que ambos intentaban desafiar.

>Isaac: Es el mejor amigo de Augustus y también asiste al grupo de apoyo para jóvenes con cáncer. Padece un tipo de cáncer ocular que lo deja completamente ciego después de una operación. Su historia, marcada por la pérdida de su visión y la ruptura con su novia Mónica, sirve como contraste y apoyo emocional para los protagonistas. Isaac aporta momentos de humor y ternura, y su vínculo con Augustus muestra la importancia de la amistad en medio de la enfermedad. Es el personaje que simboliza la resiliencia y la lealtad en el entorno de la trama.

>Peter Van Houten: Es el autor del libro Un dolor imperial, la obra favorita de Hazel. Vive en Ámsterdam y representa una figura clave en la búsqueda de sentido de los protagonistas. Hazel lo idealiza como una fuente de respuestas, pero al conocerlo descubre que es un hombre alcohólico, cínico y emocionalmente roto por la muerte de su hija. Desmuestra la diferencia entre las expectativas que los jóvenes tienen sobre la vida y la cruda realidad. Aun así, su personaje impulsa uno de los viajes más importantes del libro: el encuentro con la verdad y la madurez emocional de Hazel y Augustus.

>Sr. y Sra. Lancaster: Son los padres de Hazel. La madre, especialmente, tiene un papel muy presente y protector; su vida gira alrededor del cuidado de su hija, aunque mantiene una actitud positiva y esperanzadora. El padre, más reservado, expresa su dolor de forma silenciosa pero amorosa. Ambos representan el amor incondicional y el sufrimiento de los padres ante una enfermedad terminal, y su relación con Hazel evidencia el impacto que la enfermedad tiene no solo en quien la padece, sino también en su entorno.

>Sra. Waters: Es la madre de Augustus. Aunque su presencia es menor, cumple un rol importante en el desenlace de la historia, acompañando a su hijo en los momentos más difíciles. Es una mujer dulce y afectuosa, y simboliza la fortaleza y el dolor de los padres que ven sufrir a sus hijos.

>Patrick: Es el líder del grupo de apoyo para jóvenes con cáncer al que asisten Hazel, Augustus e Isaac. Es un adulto sobreviviente de cáncer testicular que intenta mantener una actitud motivadora, aunque muchas veces resulta incómodo o poco efectivo para los jóvenes. Su papel en la historia es servir como nexo entre los personajes principales y el entorno donde se conocen, además de representar los intentos fallidos de dar sentido al sufrimiento de manera superficial.

Resumen por partes de Bajo la misma estrella:

La siguiente sección muestra los nombres y descripción de los personajes con relevancia o importancia dentro de la historia separados en dos partes:

Parte 1: Presentación de Hazel

La historia comienza en Indianápolis, donde vive Hazel Grace Lancaster, una joven de dieciséis años cuya vida está condicionada por el cáncer de tiroides que se ha extendido a sus pulmones.

Su existencia transcurre entre tratamientos médicos, lecturas y largas horas acompañada de un tanque de oxígeno, su compañero constante para poder respirar. A pesar de la gravedad de su enfermedad, Hazel demuestra una inteligencia aguda y una ironía que la distinguen, aunque en el fondo vive resignada a una rutina sin sobresaltos.

Su madre, convencida de que Hazel necesita salir de su aislamiento, la anima a asistir a un grupo de apoyo para jóvenes con cáncer. Hazel acepta, más por complacerla que por deseo propio.

En esas reuniones, donde el ambiente resulta forzado y lleno de frases de consuelo que ella considera vacías, la joven observa la realidad de otros pacientes con una mezcla de compasión y escepticismo.

En su tiempo libre, Hazel encuentra refugio en la lectura, especialmente en un libro que la ha marcado profundamente: Un dolor imperial, de un autor enigmático llamado Peter Van Houten.

La novela termina abruptamente, sin revelar el destino de sus personajes, y esa ausencia de respuestas se convierte en una obsesión para ella. A través de esa historia inconclusa, Hazel proyecta sus propias preguntas sobre la vida, la muerte y el sentido de su propia existencia.

Parte 2. El encuentro con Augustus

En una de las reuniones del grupo de apoyo, Hazel conoce a Augustus Waters, un joven de diecisiete años que asiste acompañando a su amigo Isaac, también paciente de cáncer.

Desde el primer momento, Augustus despierta en ella una curiosidad inesperada. Es encantador, seguro de sí mismo y posee una mirada intensa que contrasta con su actitud desenfadada. Aunque perdió una pierna a causa del osteosarcoma, conserva una energía vital que desarma a Hazel.

Su encuentro se convierte en el inicio de una relación singular. Augustus la observa con interés y franqueza, mientras Hazel intenta mantener la distancia, temerosa de causar dolor si su enfermedad empeora.

Sin embargo, la conexión entre ambos surge de forma natural, marcada por conversaciones profundas, ironías compartidas y un sentido del humor que los aleja de la compasión ajena. Poco después, Augustus la invita a su casa para ver una película. Allí le confiesa su mayor temor: ser olvidado.

Hazel, por su parte, comparte su obsesión con Un dolor imperial y el deseo de conocer qué ocurre con los personajes después del abrupto final. Fascinado por su pasión, Augustus lee el libro y se interesa también por su misterioso autor, Peter Van Houten.

La relación entre ambos se fortalece día a día. Comparten mensajes, llamadas y visitas, y lo que comenzó como una amistad se convierte en un vínculo emocional cada vez más profundo. Augustus consigue contactar al asistente de Van Houten, quien los invita a Ámsterdam para conocerlo.

Este gesto se convierte en una promesa de esperanza para Hazel, que ve en ese viaje la posibilidad de obtener las respuestas que tanto busca. En medio de los miedos, las limitaciones físicas y la sombra constante de la enfermedad, ambos jóvenes descubren que su unión les permite vivir algo más grande que la fragilidad de sus cuerpos: la ilusión de un amor que desafía el tiempo y la muerte.

Parte 3. El viaje a Ámsterdam

El viaje a Ámsterdam marca un punto decisivo en la historia. Gracias a una fundación que concede deseos a jóvenes con enfermedades graves, Augustus logra cumplir el sueño de Hazel: conocer al autor de Un dolor imperial, Peter Van Houten, y obtener las respuestas que ella ha buscado durante tanto tiempo.

Antes de partir, los médicos dudan de permitirle viajar por su delicada salud, pero Hazel, decidida, convence a sus padres de que desea vivir esa experiencia aunque implique un riesgo. El trayecto y la llegada a Europa representan un respiro frente a la rutina hospitalaria.

En Ámsterdam, ambos jóvenes disfrutan de los pequeños placeres que les ofrece la ciudad: los canales, los paseos y una cena en un restaurante elegante, donde comparten una velada que se transforma en una declaración tácita de amor.

En ese ambiente ajeno a la enfermedad, Hazel y Augustus se permiten ser simplemente dos adolescentes enamorados. El momento más esperado llega cuando visitan la casa de Peter Van Houten.

Sin embargo, lo que debía ser una experiencia significativa se convierte en una amarga desilusión. El escritor, lejos de ser el sabio que Hazel imaginaba, se muestra grosero, cínico y alcoholizado. Rechaza sus preguntas y ridiculiza sus ilusiones, destruyendo en un instante la esperanza que ambos habían depositado en él.

Pese al desencanto, la visita tiene un efecto transformador: Hazel comprende que las respuestas que buscaba no están en un libro ni en su autor, sino en las experiencias que está viviendo. Durante el viaje, Augustus revela una verdad dolorosa: su cáncer ha regresado, esta vez con fuerza implacable.

Su confesión rompe el equilibrio entre ambos y da paso a una etapa de aceptación y amor más profundo. Hazel, que hasta entonces había temido ser una carga, asume con valentía el papel de acompañarlo, consciente de que el tiempo que comparten es limitado.

El viaje a Ámsterdam, que empezó como una búsqueda de sentido literario, se convierte en una lección sobre la vida y la fugacidad de los momentos felices. Entre paisajes ajenos y verdades dolorosas, Hazel y Augustus descubren que incluso en la brevedad puede hallarse la eternidad.

Parte 4. El desenlace y la pérdida

De regreso a Indianápolis, la enfermedad de Augustus Waters avanza con rapidez. Su cuerpo, antes fuerte y lleno de energía, empieza a debilitarse hasta el punto de necesitar ayuda constante.

Hazel permanece a su lado en todo momento, acompañándolo en las visitas médicas, en las recaídas y en los silencios que comienzan a sustituir las risas de antes. El muchacho, que alguna vez temió ser olvidado, ahora teme por el dolor que dejará tras su partida.

Hazel, por su parte, enfrenta el sufrimiento con una madurez que sorprende incluso a sus padres. Sabe que la pérdida es inevitable, pero se aferra a cada instante junto a Augustus, intentando transformarlo en una memoria duradera.

La historia de amor entre ambos se vuelve más intensa en su fragilidad, sostenida por la sinceridad y el afecto genuino que se tienen.Antes de morir, Augustus organiza una especie de “funeral anticipado”, al que invita solo a Hazel e Isaac.

Allí, sentado en una iglesia vacía, escucha las palabras que sus amigos le dedicarán cuando ya no esté. Hazel le promete que lo amará incluso cuando el dolor sea insoportable, y que su recuerdo permanecerá en ella como una huella imborrable.

Poco tiempo después, Augustus fallece, dejando a Hazel enfrentada al vacío que su ausencia provoca. Tras la muerte, Hazel descubre una carta escrita por él y dirigida a Peter Van Houten, pidiéndole que ayude a redactar unas palabras en su nombre.

En la carta, Augustus habla sobre la fugacidad de la vida y la grandeza del amor, afirmando que está agradecido por haber conocido a Hazel y por haber vivido una pequeña pero infinita eternidad a su lado.

La historia concluye con Hazel leyendo esas líneas, en paz consigo misma. Aunque el dolor permanece, comprende que su vida, marcada por la enfermedad, también ha estado llena de significado. En su última reflexión, reconoce que no cambiaría nada de lo que vivió, porque incluso en la pérdida encontró amor, y en la brevedad de su historia, un sentido eterno.

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