Cinco horas con mario Resumen por capítulos:

Imagen de portada del libro "cinco horas con mario"

Publicada en 1966, la obra maestra de Miguel Delibes, «Cinco horas con Mario», se ha convertido en un referente de la literatura española.​ La novela se desarrolla durante una sola noche, donde la protagonista, Carmen Sotillo (Menchu), se sienta a velar el cadáver de su marido, Mario, y a través de un largo y personal monólogo, Carmen se dirige a su esposo, reprochándole, recordándole y cuestionando toda su vida juntos.

A pesar de que Mario está muerto, se llega a conocerlo a través de las palabras de su esposa, entendiendo las diferencias que existían entre ambos.​

A continuación, encontrarás un resumen detallado de la historia y una lista de los personajes principales.

Personajes de la novela:

principales:

​>Carmen Sotillo (Menchu): Es la protagonista de la novela, una mujer de 44 años que ha enviudado de forma inesperada. Sociológicamente, representa a la típica mujer de clase media alta de la España de los años 60, con una mentalidad conservadora y materialista, con iu vida gira en torno a las apariencias, la posición social y una religiosidad superficial.

>Mario Díez Collado: Es el difunto marido de Carmen. A lo largo del monólogo de su esposa, se le describe como un intelectual, catedrático de instituto, periodista y escritor. Contrario a Carmen, es una persona idealista, poco materialista y con un gran compromiso social y ético. Era un hombre de profundas convicciones religiosas, honesto y que se preocupaba por los demás. Su personaje se construye de manera indirecta, a través de los recuerdos y los constantes reproches de su esposa.

Secundarios:

<Paco (Paco el Chato): Es el supuesto amante de Carmen. Es un hombre de negocios, un empresario con un estatus económico alto que contrasta con la modesta vida que llevaba Mario. A través del monólogo, se intuye que Carmen busca en él la prosperidad y el estatus social que no encontró con su marido. Su papel es importante para entender la hipocresía y la doble moral de Carmen.​

<Encarna: Es la viuda del hermano de Mario. Carmen siente una gran aversión hacia ella, sospechando que su marido le era infiel con Encarna. Este personaje sirve para evidenciar la envidia y los celos de Carmen, y su incapacidad para ver más allá de sus propios prejuicios.​

<Valentina (Valen): Es la mejor amiga de Carmen. Se la describe como una mujer comprensiva, de carácter bondadoso. A través de la forma en que Carmen se dirige a ella en el monólogo, se revela que Valentina es la única persona a la que Carmen le cuenta sus frustraciones y sus sentimientos, cumpliendo el papel de confidente en la historia.

Resumen por capítulos de Cinco horas con mario:

Capítulo 1: El comienzo de la vigilia

La novela nos sumerge en la España de 1966, un periodo de profundos cambios sociales y morales, y sitúa al lector en la casa de la familia Díez-Sotillo. La acción comienza con la noticia de la inesperada muerte de Mario, un catedrático de 49 años.

Tras el velatorio, la protagonista, Carmen Sotillo (Menchu), se queda a solas con el cadáver de su marido, en una habitación que se convierte en el escenario de su largo y complejo monólogo.​ La soledad de la noche y el silencio de la casa permiten que Carmen comience a hablarle a Mario, no como un ser amado al que llora, sino como un interlocutor mudo al que le recrimina una vida entera.

Su discurso no es una expresión de dolor, sino una descarga de frustración acumulada. Desde el primer momento, le reprocha su desinterés por lo material: la falta de un coche, la ropa modesta, la elección de un piso pequeño. Para Carmen, estos no son detalles menores; son símbolos del fracaso de Mario como proveedor y de su falta de ambición, lo que le impidió a ella ascender en la escala social.​

El monólogo de Carmen se revela como un diálogo con sus propios fantasmas y su conciencia. A través de sus palabras, se dibuja un retrato del marido que ella nunca llegó a comprender: un hombre de profundos valores éticos y un intelecto que ella percibía como una barrera entre ellos.

Las recriminaciones sobre las ideas de Mario —su religiosidad sin fanatismo, su compromiso social y su preocupación por los más desfavorecidos— son el hilo conductor de la primera parte de la noche, dejando claro que el matrimonio no era solo un choque de personalidades, sino una colisión de dos visiones del mundo completamente opuestas.

Capítulo 2: Las diferencias irreconciliables

​A medida que avanza la noche, el monólogo de Carmen se adentra en las raíces de su frustración, revelando una brecha ideológica que se ensanchó a lo largo de su matrimonio. La historia de su vida en común es la de un choque constante de valores. Carmen, una mujer de escasa formación académica, pero con un instinto social muy agudo, valoraba por encima de todo el orden, la posición y las apariencias.

Se esforzó por construir una vida burguesa, siguiendo las normas de su círculo social.​ Frente a ella, Mario se erigía como un idealista. Sus profundas convicciones morales, su desinterés por el éxito material y su preocupación genuina por los más desfavorecidos chocaban frontalmente con el pragmatismo de Carmen.

A través de sus reproches, conocemos a un Mario que se negaba a comprar un coche, no porque no pudiera, sino porque lo consideraba un lujo superficial, un símbolo de una vida vacía. A los ojos de Carmen, esta negación era un desaire personal, una traición a su proyecto de vida.​

La incomprensión de Carmen también se extiende a los temas sociales y emocionales. Sus comentarios revelan una profunda falta de empatía hacia Mario: ella desestima su angustia por los pobres como una preocupación sin sentido, y llega a considerar su profunda depresión como un «invento de los médicos» o una «tontería de intelectual».

De esta manera, se profundiza en cómo la aparente tranquilidad de su matrimonio escondía una profunda incomunicación, construida sobre dos formas opuestas de entender la felicidad y el propósito en la vida.

Capítulo 3: La confesión final y el amargo adiós​

A medida que el alba se acerca, el monólogo de Carmen se vuelve más íntimo y desgarrador. Las recriminaciones superficiales dan paso a las confesiones más dolorosas. Convencida de que Mario le fue infiel, Carmen lo acusa de haberla engañado con su cuñada, Encarna.

Esta sospecha, a la que le da vueltas una y otra vez, revela la profunda inseguridad y los celos que siempre la atormentaron. ​El clímax de su discurso llega cuando Carmen confiesa sus propias tentaciones.

En un momento de vulnerabilidad, le revela a Mario el encuentro con Paco el chato, un amigo de la juventud, quien la invitó a pasear en su lujoso coche y la besó apasionadamente. En este punto, Carmen no solo traiciona la memoria de su marido, sino que también expone su anhelo por una vida diferente, llena de lujos y de un estatus social que, según ella, Mario no le supo dar.

Aunque intenta justificarlo y le jura que no pasó de un simple beso, el episodio demuestra la doble moral que ha guiado su vida. ​Al final de la noche, el tono de Carmen cambia. La amargura de sus reproches se transforma en un ruego desesperado.

De rodillas, le ruega a Mario que la perdone por todo lo que ha dicho, por sus pensamientos, por su frustración y por el hecho de no haberlo comprendido. Este final, lejos de ser una reconciliación, es una conclusión agridulce.

Carmen se queda a solas con sus fantasmas, sin haber logrado la catarsis, y el lector se despide de una mujer que, a pesar de sus frustraciones, sigue atrapada en un mundo de apariencias y resentimientos.

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